Vamos a escribir algo, fusionando "Desde el Pito de América" y "Desde la bota de Europa". Para rebautizar el blog con un nombre más adecuado, he decidido parafrasear al gran "Matt el Viajero", pero con un toque más personal, de modo que ha surgido iMatt.
jueves, 2 de abril de 2009
Don't cry for me, U.S.A.
lunes, 30 de marzo de 2009
San Francisco
Para empezar a hablar de la ciudad, me referiré primero a mis sensaciones allí. Y es que, mientras Rodrigo y yo caminábamos por San Franscico, coincidíamos en afirmar que aquella ciudad era “una bacalá infame” porque a ambos nos resultó bastante decepcionante al principio (no hay indicaciones en los parques, no hay quioscos, no es una ciudad pensada para el visitante... en definitiva, que hay desinformación turística). Sin embargo, ahora pienso en San Francisco y no me parece una ciudad tan fea. No sé si es porque han pasado dos semanas o porque ahora pienso en San Francisco estando en Orlando, pero lo cierto es que podríamos decir que San Francisco es una ciudad “bonita”, aunque más por curiosa que por bella.
Lo más sorprendente de San Francisco son sus calles que, además de ser empinadas, están llenas de personajes. Y hablo de personajes, en el amplio sentido de la palabra. A modo de ejemplo, se me vienen a la mente un chino que tocaba cuencos de cerámica como si fuese un instrumento musical, un negro que nos pidió dinero para viajar en tren varios kilómetros hasta poder ver a su madre enferma, o un saxofonista que le dedicó My Girl a una mujer de treinta y pocos años, que iba acompañada de su esposo y su hijo. Eso, unido a un considerable número de tíos con pinta de enganchados que deambulan por las calles del centro, convierte a San Francisco en una ciudad donde el ratio de “personajes por metro cuadrado” es de los elevados que conozco.
Mapa de baja calidad de la ciudad de San Francisco.
Dejando de lado mis sensaciones y la flora de San Francisco, podemos hablar ahora de su fauna. En lo que se refiere a sitios turísticos, la ciudad destaca por el Golden Gate, que es ese famoso puente rojo que muchos habréis visto en la tele (creo que es el usa Mapfre en sus anuncios). Como “veréis” en el mapa de arriba (la calidad no es muy buena), el Golden Gate está al Norte de la ciudad y viene a ser la entrada a la bahía de San Francisco (que es el mar que queda a la derecha). De hecho, lo de Gate (puerta) viene de ahí. El calificativo de Golden deriva de la época en que surgió la fiebre del oro, durante la que muchos exploradores asediaron la ciudad tras búsqueda del preciado metal. Por eso, al puente se le llamó Golden Gate, como queriendo significar “Puerta del oro”, o "Puerta hacia el oro".
Hoy en día, el puente puede cruzarse andando o en coche. Aunque para el peatón, es un infierno la entrada al puente (no hay ni una puñetera indicación en varios metros a la redonda), nosotros logramos atravesar un trozo de campo y nos colamos para cruzar el puente en medio de una niebla inmensa. Fue divertido y mereció la pena. Las sensaciones son únicas y creo que es casi mejor que atrevesar el Puente de Brooklyn.
Golden Gate. Uno de los puentes más famosos del mundo
Por cierto, si os fijáis bien en el mapa veréis que una vez que nos adentramos por mar hacia la bahía de San Francisco, nos encontramos es una isla que probablemente os suene de las películas. La gente del lugar, la conoce como “la Roca”, pero fuera de EE.UU. la isla es más conocida como “Alcatraz” (en el mapa, pone "Alcatraz Island").
En Alcatraz tenían que meter a más de uno.
En sus inicios, Alcatraz fue un lugar destinado al ejército, aunque su historia más famosa es como cárcel. En Alcatraz, cumplieron condena ilustres personajes del crimen como “el hombre pájaro”, o Al Capone, que ingresó allí en 1924 por evasión de impuestos. La cárcel está la Isla de Alcatraz, donde también hay barracones y casas de las familias de los policías que vivieron allí durante la época en que aquello fue una cárcel. La isla está rodeada por las frías aguas del Pacífico, así que la cárcel se ganó pronto la fama de inexpugnable, si bien fue cerrada después de que en 1962 hubiese una fuga de tres presos (como curiosidad diré que estos presos nunca han sido encontrados pero se cree que murieron congelados, al intentar cruzar el mar a nado. En cualquier caso, sigue pesando sobre ellos la orden de busca y captura. Los americanos son así).
Por si lo queréis saber, la cárcel es hoy en día un parque nacional y se puede visitar. Hay un ferry que sale desde el puerto de San Francisco varias veces al día para llevar a la gente hasta la Isla, aunque es difícil pillar tickets en el día y normalmente tienes que ir el día antes a comprar las entradas. Ir en barco desde San Francisco a Alcatras suele ser cuestión de 15 minutos y creo que sale por unos 40$. Una vez en Alcatraz, te cuentan la historia del lugar (que también fue ocupado por los nativos americanos para reclamar sus derechos) y te dan un audio-tour para que lo escuches mientras paseas por las celdas y los pabellones. El lugar, impresiona y creo que es de lo más interesante que tiene San Francisco.
Aquí debería celebrarse el Tour.
Otras cosas que pueden verse en la ciudad son los famosos tranvías, que aún hoy están en funcionamiento. De hecho, son muy útiles para subir las empinadas colinas del Nob Hill, que es la zona más "rica" de la ciudad y en la que se encuentran la mayoría de los hoteles de San Francisco. Si queréis perder peso, os recomiendo ir a San Franscico y andar por las calles. Al segundo día, querréis morir. Y sé de lo que hablo. Nosotros fuimos a cenar una noche dos calles más abajo de donde estaba nuestro hotel y a la vuelta casi se me sale el corazón del pecho. Entonces, comprendí porqué vendían en el hotel una especie de aerosol que era en realidad una botella de oxígeno. Si no es porque costaba 40$, me lo hubiese comprado.
Y aunque podría seguir hablando, tampoco quiero alargar mucho el post. También es bonito el Jardín del Té Japonés, y es curioso visitar China Town, que es el segundo lugar con más chinos en el mundo (después de China, of course). La zona de Castro (barrio gay), la panadería del puerto o el Muelle 39 (donde descansan los leones marinos) son otros de los lugares interesantes que ofrece la ciudad. Sin embargo, creo que San Francisco no es una ciudad para ver si vienes desde España.
Es decir, que no debes hacer el vuelo exclusivamente para ver San Francisco porque probablemente te vuelvas decepcionado. En mi opinión, San Francisco es un gran complemento a un paquete turístico de diez días: ver Las vegas, el Gran Cañón, San Francisco, Los Ángeles… combinar varias de estas ciudades debe resultar interesante y recomendable porque después de 3 días en San Francisco crees que ya no hay mucho más que ver.
miércoles, 25 de marzo de 2009
Having fun (part II)
Mickey y Minnie se hacen compañía en un jardín, delante del castillo.
Epcot tampoco es más trepidante que digamos, pero al menos es más “de adultos”. Fui a ver este parque con Vivi, aunque lo dejamos a medias porque también estuvimos en Magic Kimdong. En Epcot lo más llamativo es una super bola gigante (que hace las veces de castillo) y es un parque donde hay, más que nada, cosas relacionadas con la tecnología y exposiciones de países (es como una especie de EXPO pero en realidad nosotros esto lo sabemos por referencias porque sólo vimos el parque a medias). De entre las atracciones en Epcot recuerdo una sala con proyección en 3D, en la que debías montar una casa “anti-huracanes”. Luego, se simulaba un huracán y te derruía la casa o no, en función del tipo de tejado, ventanas, puertas, árboles… que había elegido. Algo didáctico. También había una atracción sobre coches en la que te subías a uno y cogías bastante velocidad. Trataban de emular el tipo de tests que deben pasar los vehículos antes de salir a la calle: frenadas bruscas, resistencia a temperaturas elevadas, ...
La bola de Epcot y la bandera EE.UU. ¡Ole las bolas de los americanos!
Del resto de parques, no los he visto nada aunque por lo visto están bastante bien. Demasiado dinero y poco tiempo para verlo todo. Porque, Disney, además de tener cuatro parques “de atracciones”, también tiene 2 parques acuáticos y una zona conocida como Downtown Disney, con tiendas, restaurantes y lugares de entretenimiento como El Circo del Sol, que está allí de forma permanente aunque cambian los espectáculos con cierta asiduidad. En fin, que como veréis, ¡Disney es bastante distinto a lo que puede parecer a priori!
jueves, 19 de marzo de 2009
The dictator game
El juego del dictador suele usarse en economía para estudiar las preferencias de las personas por el altruismo. En este juego hay dos agentes. Uno se llama dictador y debe decidir cómo reparte una cierta cantidad de dinero. El otro agente se llama recipiente y tiene que aceptar cualquier cantidad que el dictador le entregue. Es decir, un claro ejemplo del juego del dictador vendría dado por la situación: Imagina que 10 euros para repartirlos entre tú y otra persona. ¿Cómo los dividirías?
La solución que predice Nash (el de la peli de “Una mente maravillosa”) es clara: el dictador debe quedarse todo el dinero para sí mismo. ¿Por qué? Pues porque la gente, según supone la economía clásica, es racional y por tanto egoísta. Dicho de otro modo, tiene utilidad o felicidad por el dinero que gana y cuanto más dinero tenga mejor. Por tanto, ¿por qué tendría el dictador que dar dinero al recipiente? ¿Es que la gente es irracional?
Existe una corriente de pensamiento que defiende que los individuos, lejos de ser irracionales, poseen “preferencias sociales” así que no sólo se preocupan por sí mismos: también les importan los demás. Así, según esta corriente de pensamiento, los dictadores tratan de ser justos y, en lugar de egoístas, comparten el dinero (de media, la gente suele transferir un 20% del total, con independencia de la cultura, aunque las mujeres suelen dar más dinero que los hombres).
Este tema de las preferencias sociales claramente demuestra que a la gente le importan los demás pero Cherry (junto a otros autores en el 2000), hizo el experimento del dictador cambiando una cosa: en lugar de darle el dinero al dictador para que éste lo repartiera, puso a trabajar al dictador y luego le pagó por su trabajo. Entonces, le pregunto cómo pensaba dividir ese dinero con el recipiente. El 95% de las personas se quedo con todo. ¿Dónde están entonces las preferencias sociales en este caso? Pues obviamente, en el limbo porque hay “derechos de propiedad” y el dictador cree que ese dinero le pertenece. Por tanto, cuando da dinero en el juego del dictador, podemos decir que no lo da por ser una persona social, preocupada por los demás, sino que más bien, cree que el dinero no es suyo y por tanto merece tanto como el recipiente.
¿Y qué ocurre si el dictador y el recipiente trabajan y luego uno de ellos tiene que dividir el dinero total? ¿Y si ambos hacen el mismo trabajo pero a uno se le paga más que a otro? Pues bien, a eso me dedico yo. O al menos, de eso va el primer artículo de mi tesis, que presento mañana por aquí. El motivo por el que estoy aquí es porque en esta Universidad hay gente que conoce bien la literatura del tema y podría ayudarme a orientar algunos resultados.
He escrito este post porque mucha gente me pregunta qué hago aquí exactamente y de qué va mi tesis. Al menos, así hay una primera idea, aunque el resto de artículos no están relacionados con este en absoluto. Pero creo que son igualmente interesantes ¿verdad?
viernes, 13 de marzo de 2009
Airport
Hora: 13:00. Lugar: Aeropuerto de Orlando, Terminal B, Junto a la puerta de embarque número 54. En veinte minutos comienza el embarque. La gente espera con portátiles a que el avión se sitúe y se abran las puertas. Curioso. Tengo alrededor a unas veinte personas. Seis o siete están solas, como yo, mirando sus portátiles. Sólo un tipo calvo, con perilla y camisa de cuadros, sostiene un libro. Hace años esta imagen sería impensable. Creo que nos estamos cargando la cultura con esto de Internet. Bueno, no nos la estamos cargando. Digamos que estamos descubriendo modos más sencillos de pasar el tiempo: navegar no exige tener que pensar mucho. Leer, creo que sí. Pero no todo es malo. Al menos he podido leer el correo antes de irme.
Divagaciones aparte, hoy hago escala en Charlotte, así que me espera un largo viaje hasta San Francisco (en la costa opuesta: es decir, en la zona oeste de EE.UU.). En total, son más de diez horas de viaje, contando el tiempo que pierdo en Charlotte mientras enlazo con el otro avión. Pero espero que merezca la pena. San Francisco. You know… Alcatraz, la cuna del movimiento gay, el famoso puente… Suena bien. Al menos a priori.
Pero es cierto que aún queda mucho para eso, claro. Habrá que pasar otro control de seguridad, enseñar el pasaporte de nuevo, buscarse un sitio para comer… Y luego, si todo sale bien, habrá que encontrarse con Rodrigo en el aeropuerto de San Francisco. Él va desde México y tiene el pasaporte medio roto. Esperemos que lo dejen entrar, porque si no me veo sólo, en una ciudad desconocida y sin hotel (está a su nombre y lo ha pagado con tarjeta). De todos modos, creo que saldrá bien. Y ya se sabe que los pensamientos positivos son importantes para que las cosas tengan éxito.
Hora: 13:09. Lugar: Aeropuerto de Orlando. El avión ya está preparado. Un negro acaba de anunciar que en breve comenzará el embarque. De aquí a unas horas os cuento cómo ha ido todo.
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Hora: 16:13. Lugar: Aeropuerto de Charlotte, junto a la puerta de embarque C10. Mientras estoy sentado en un cómodo sillón gris, veo cómo una chica se acerca a la puerta de embarque y pregunta por el vuelo a Miami. Se han ido sin ella. Una putada, no cabe duda; pero puede preguntar en Atención al Cliente. Le han dicho que allí probablemente se lo solucionen. Espero que sea así. Yo, mientras tanto, espero a que se abra el embarque para San Francisco. Queda aún una hora para eso. Mientras tanto, me conecto a CLTNET. ¡Qué sería del mundo sin el Wifi! Pues según mi teoría de Orlando, habría más cultura, claro. Pero quizás habría menos comunicación porque yo no podría escribir este montón de chorradas en los aeropuertos y compartirlas con el resto. Francamente, creo que se me está yendo un poco la cabeza. Hora local: 16:21. Cuando me suba al avión dentro de hora y media no puedo olvidar retrasar el reloj. En San Francisco el mundo gira a la misma velocidad, pero con tres horas de retraso.
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Hora: 21.40. Lugar: Aeropuerto de San Francisco, terminal 3. Frente a mí, personas llegadas de otros países recogen sus equipajes. Estoy en la Terminal Internacional del Aeropuerto, esperando a que aparezca Rodrigo. Me ha escrito un mensaje diciendo que su vuelo ha salido con retraso así que mejor no esperarlo hasta las 00.45. ¡Luego a ver cómo nos vamos al hotel porque cierran el metro a las 12! Supongo que habrá que pillarse un taxi porque la alternativa ("door to door vans") no parece muy fiable. Al menos, en la página web del aeropuerto pone que es mejor no fiarse. Según la información, "un tipo con apariencia no muy buena, te invita a subirte en una furgoneta y, una vez tiene la furgoneta llena de gente, te va soltando por ahí según la ruta que se monte el colega". La frase no es exacta, pero como si lo fuese. De hecho, recomiendan preguntar precio por adelantado porque según parece el tipo va cobrando a cada cual según le viene. De veras, creo que cuando llegue Rodrigo no va a estar el cuerpo para este tipo de aventuras. Respecto a mi vuelo, ha ido todo bien. Francamente, da gusto viajar con US Airways. Llegan incluso con más tiempo del previsto. Lo malo ha sido mi llegada aquí: en este aeropuerto no hay wifi gratis. ¡Mamones! De todos modos, hay conexión de una hora que sale por 2$ (algo así como 1.50 euros), así que me la he pillado en vista de que me esperan un par de horas de espera. Luego, leeré algo porque he dejado a Gullivert recién llegado a Inglaterra. ¡Qué tío! ¡Primero Lilliput y luego en un país de gigantes!
martes, 10 de marzo de 2009
Zoltar
Pero entonces, ¿es que nunca me haré mayor de lo que soy ahora? Por una parte, esto sería una ventaja, no llegaría nunca a ser una vieja, pero por otra parte ¡tener siempre lecciones que aprender! ¡Vaya lata! ¡Eso si que no me gustaría nada!”
Por suerte, Josh y Alicia pudieron cumplir pronto sus deseos. El caso de Josh Baskin ocurrió en una feria, de noche. Encontró una misteriosa máquina y le pidió hacerse mayor. Al día siguiente, era un niño en el cuerpo de una persona de 30 años. Alicia, por su parte, pudo aumentar de tamaño sin pretenderlo. Bebió un extraño líquido para ver qué sucedía y creció hasta lograr vencer al Conejo Blanco.
Pero claro, las historias no siempre son como uno las imagina. Josh y Alicia pronto se dieron cuenta de que hacerse mayor no era fácil. Y por eso, en la película Big, Tom Hanks (Josh Baskin) acaba volviendo a la ferie y pidiéndole de nuevo a la máquina que lo haga pequeño. Y también por eso, Alicia, de cuya historia conocemos por Lewis Carroll se comió “una de las pastas, y vio con alegría que empezaba a disminuir inmediatamente de tamaño.” (Alicia en el País de las Maravillas)
Por desgracia, nosotros vamos creciendo y no podemos comer pastas que nos hagan más pequeños. Pero no está todo perdido. En Miami, hay una misteriosa máquina de feria, esperando que vayamos a visitarla y le pidamos un deseo. Sólo cuesta un dólar y, aunque no sé si cumple deseos, al menos la máquina te lee el futuro. Por si os viene mal pasaos por Miami, comparto con vosotros el mensaje que la máquina le dejó a Vivi, ya que creo que puede sernos útil a todos: “Disfruta de la vida, que es corta”. Palabra de Zoltar.
jueves, 5 de marzo de 2009
Miami (Beach)
martes, 24 de febrero de 2009
The price matters, the size does not
miércoles, 18 de febrero de 2009
Carnaval revision and Julito's lyric
El señor Góngora no se atrevió a publicar un comentario en la última entrada del blog (quizás por miedo al ridículo) pero en privado se manisfestó conforme con la opinión vertida por mi persona en mi anterior post. Eso sí, dijo estar de acuerdo conmigo "en líneas generales". El caso es que, ya reconciliados, hemos empezado a trazar juntos lo que sin duda será una gran agrupación carnavalesca de futuro. Aún no tenemos fecha para sacar la agrupación pero todo es encontrar a gente dispuesta a colaborar con nosotros. De momento, tenemos la idea de reflotar el cuarteto así que no exigimos mucho a los aspirantes. Pero, si la llamada surte efecto, nos plantearemos el tema de la chirigota. El plazo está abierto. El que quiera dar un pelotazo en el Falla, que lo diga. Total, somos unos plumillas de categoría y un par de tardes nos bastarían para hacer un repertorio decente que pase, al menos, a la Final.
Vaciladas aparte, creo que no me he equivocado mucho en mi "apuesta carnavalesca". Sólo para hacer revisión, diré que en comparsas aposté por Los Trasnochadores y ahí están, claros candidatos a ganar. Es sorprendente lo deLa Secta de los Carapapas, que son el cajonazo de este año; aunque ya avisé que no me gustaba el popurrit y que contaban con el handicap de haber sido primer premio el año pasado. Así pues, con los Trasnochadores irán a la final en la modalidad de comparsa, junti a la agrupación de Antonio Martin y la de Quiñones, de las que dije: "Antonio Martín va bien y podría colarse en la final pero me gusta más el tipo de Quiñones." En chirigotas pasa el Selu ("finalista asegurado"), El canijo (¡menos mal que ha cambiado cuartetas del popurrit!) y los Tijeritas. Veremos qué ocurre en la final del viernes.
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Dejando el carnaval a un lado, hablemos de cómo va la vida por aqui. Francamente, si puediese resumir la cosa en una frase, recurriía a la canción de Julito I, El Mítico: "Siempre hay por quién sufrir y a quién amar". ¿Sabéis de qué hablo, no? Pues eso. "La vida sigue igual".
Primera parte (o por quién sufir). No estoy deprimido, ni triste, ni melancólico, ni nada por el estilo. Sencillamente, estoy en un momento de stand by profesional. En principio, estaba previsto que diese un seminario la próxima semana pero parece ser que la cosa se estanca. Según me han dicho, hay otro seminario previsto para la misma fecha, así que habría que retrasar el mío. Esto trastoca un poco mis planes y supone que tendré que esperar un semana más (se agota el tiempo de mi estancia) para discutir sobre mi investigación. La cosa no sería preocupante de no ser porque el paper ya está "terminado" y sólo hay que mandarlo a publicar y darle los últimos retoques. En fin, todo sea por que quede bonito y al final, a ver si la cosa merece la pena. En cualquier caso, llevo con esto desde abril del año pasado y no puedo dejar de sentir cierta impaciencia, sobre todo cuando los proyectos alternativos no terminan de salir (hablo de mis proyectos de investigación, claro. Porque sigo tratando de demostrar algo que no termina de salir y empieza a ser frustrante. Cualquier día, hago como Dani y cambio de tema, je je!)
Segunda parte (o a quién amar). Por fortuna, todas estas pamplinas se me van a quitar pronto porque el sábado tengo visita y hay que cuidarla bien. Y es que, después de la marcha de mis padres, me hace falta volver a disfrutar de la distracción temática que ofrece esta (¿maravillosa?) ciudad. Supongo que al final no haré casi nada de lo que tengo previsto, pero me gustaría ver Miami y para el próximo viernes 27 tengo compradas entradas pare ver a los Magic contra Detroit. Baloncesto del bueno. Luego, hay que ir otra vez a Universal Studios porque el sitio merece la pena. Disney World (que tiene 4 parques temáticos) es también visita turística obligada para quien pise esta tierra, aunque a mí me pareció un lugar muy feo (al menos, el parque que vi. Por suerte, aún me quedan tres que no he visitado). Pero en Disney, me sentí "algo perdido". No porque fuese grande sino por lo que relata Ismael Serrano en la canción de Últimamente (una canción, que marcó un momento de mi vida, todo sea dicho de paso). Es como si todo aquello fuese un mundo de ilusión artificial. "Una fiesta, a la que nadie se ha molestado en invitarme"... Ya en serio, que es un sitio bonito y tal, pero ves tantos niños, disfrutando, que piensas que un día debes ir alli con tu hijo para verlo sonreír. ¡Qué tierno me ha quedado! Jaja! Al final, va a resultar que descubrí mi vocación paternal. ¿O, como diría uno que yo me sé, "ser padre no es sino la respuesta que tratas de darte a ti mismo para convencerte de que aún se puede ser feliz"? ¿Es algo así, no? El que lo dijo, que hable ahora o se vaya a esquiar sin mí en Semana Santa... De todos modos, no hay que ser tremendistas. Disney es un negocio y si vas a divertirte, no se pasa mal tampoco. Sobre todo si te encuentras con Mickey y Minnie te da un beso en las narices de su novio...
Hablando de besos. Un besito a todos y os dejo, que voy a ver el tercer capítulo de Dirty Sexy Money, ya que "The it crowd" me la he chupado entera (no se admiten bromas).
viernes, 13 de febrero de 2009
Carnaval break
martes, 10 de febrero de 2009
Having fun (part 1)
jueves, 29 de enero de 2009
Chicago
lunes, 26 de enero de 2009
Here we go
miércoles, 21 de enero de 2009
Making pictures!
Pero vayamos a las imágenes. Para comenzar, os voy a mostrar el sitio donde vivo aunque ya he hablado varias veces del lugar. El Collegiate Village Inn es una especie de residencia con habitaciones individuales y dobles, en cada una de las cuales hay una o dos camas (según el caso), un armario empotrado, una cajonera, un baño, una nevera pequeña y un microondas. De hecho, ya os mostré hace tiempo mi habitación en estado inicial (aunque ahora ha evolucionado bastante ya que tengo cama de matrimonio, en lugar de dos individuales y me he adaptado a las tecnologías: tengo un flexo para poder leer por las noches y un teléfono fijo para recibir llamadas...) En cualquier caso, aqui os dejo una imagen del lugar (es el edificio a mi espalda). Yo salgo con los ojos medio cerrados porque me daba el sol de cara. Además, estoy despeinado porque hacía viento y no tengo peine. Se me olvidó echarlo en el neceser, para desgracia de mi padre...
Como veréis, el edificio tiene tres plantas. Mi apartamento está en la planta baja, lo cual es una putada porque si abres las ventanas te ven desde la calle. Como ventaja, las vistas que dan a la piscina (cuya profundidad es de 6 pies en honor al señor Borja). En la siguiente fotografía, al fondo de la imagen, podéis ver la cafetería, el gimnasio y un salón de juegos (en el que, básicamente, hay un billar). Mi apartamento está de este lado así que yo sólo cruzo el césped un par de veces, para ir a comer.
Y aunque el lunes, mientras paseaba, encontré un par de ¿cigüeñas? pastando, creo que a los alrededores de la residencia no hay mucho interés que digamos. El lugar está emplazado junto a una gran carretera (University Boulevard) que conduce a la Universidad Central de Florida. Esta avenida es bastante amplia y a ambos lados de la misma hay lugares de comida rápida como Dunkin Donuts, Burguer King o el Steak 'n Shake, un sitio donde se comen hamburguesas por menos de 4$ y sirven unos batidos tipo fresisuí, como los que tomaba Bart Simpson (el otro día estuve cenando allí y lo más interesante de este sitio es que los fines de semana dan de comer gratis a los niños y que entre las 2pm y las 4pm, hay happy hour así que las bebidas salen a mitad de precio).
También es muy típico encontrar camino de la Universidad el clásico conjunto de comercios americanos, cuyo concepto se aleja (al menos para mí), de la idea de centro comercial que tenemos en España. Y me explico. Aquí, de momento, no he visto ningún centro comercial grande que reuna (en el mismo complejo) tiendas de ropa, cines, restaurantes, supermercados, etcétera..., sino que las construcciones son más bien en plan comercios independientes con un gran parking delante. De entre todos esos, el Walmart, es el más grande. Este lugar viene a ser un Carrefour (Pryca) de toda la vida, pero en versión americana. Por cierto, el otro día fue al Walmart en autobús (está a tomar por culo de mi casa). Así que para concluir voy a postear dos fotos que hice en el bus (al que por cierto entré gratis porque no tenía dos dólares sueltos y el conductor pasó de cambiarme 5). La primera imagen es sorprendente: televisión dentro del autobús. La segunda, es una muestra del tipo de español que habla aquí la gente. Y no es por ofender, pero a veces hay instrucciones en español y en inglés y no se sabe muy bien cuál se entiende mejor...
lunes, 19 de enero de 2009
Family Feud
jueves, 15 de enero de 2009
Driving license and SSN
miércoles, 14 de enero de 2009
Life style
Después de pasar 16 horas entre vuelos y esperas, el pasado lunes día 12 de Enero llegué por fin a Orlando, a eso de las 16:35 hora local (esto es, las 22:35 hora española). Pasados los controles de visado pertinentes, un taxista que me llamaba buddy y me hablaba sobre european pussies, me condujo -sin cinturón y hablando con el móvil gran parte del trayecto-, hasta el que va a ser mi lugar de residencia los próximos meses: el Collegiate Village Inn, donde me dieron una habitación un poco cutre, en la que destacan sobre todo la falta de luz y el poco gusto por los acabados finos y elegantes -en cualquier caso, es una residencia de estudiantes en la que me dan de comer y me limpian la habitación, así que tampoco hay que quejarse mucho-. Además, se supone que van a cambiarme las dos camas individuales por una simple, y la estética mejorará con el tiempo si logro ir decorando la habitación a mi gusto (algo en lo que no tengo depositadas demasiadas esperanzas, porque soy muy vago para ir de compras...)
La habitación en su estadio 1
La primera noche en la residencia, me acosté temprano y, aunque apenas tenía sueño, alargué mi despertar cuanto me fue posible para tratar de adaptarme al nuevo horario americano. Así que el martes, a eso de las 9 de la mañana, me levanté y me puse a colocar las cosas de la maleta y a eso de las 11 de la mañana, me fui a desayunar (el alojamiento incluye 14 comidas semanales en la cafetería de la residencia). Después del vaso de leche y el trozo de tarta, cogí un bus gratuito que sale cada 20 minutos desde el Collegiate Inn para llegar, sin hacer paradas, al Campus de la Universidad (en el que te plantas en apenas 10 minutos).
El bus atomico
Una vez en el Campus, estuve haciendo un poco de tiempo hasta eso de las 12 del mediodía, pues había quedado a esa hora con Glenn Harrison, el profesor que va a supervisarme durante mi estancia aquí. El tipo, que tiene su despacho lleno de banderitas de países en los que ha estado y las paredes repletas de posters de AC/DC, me ha dado la impresión de ser muy majo y agradable. Después de hablar un rato sobre mi investigación, me ha invitado a comer a un chino cerca de la Universidad, sobre la necesidad de buscarse un coche de segunda mano en Orlando, ya que los caóticos autobuses no resultan suficientes para cubrir las enormes distancias entre lugares de interés (léase Disneyland, Universal Studios,...). Ya de vuelta del almuerzo, Glenn me ha presentado al resto de miembros del Departamento y me ha mostrado un poco por encima las instalaciones: máquina del café y fotocopiadora incluidas. Después, me han asignado un despacho bastante apañado, que comparto con un chico de doctorado y que tiene un teléfono desde el que he podido recibir las llamadas de mi familia y de Vivi (¡qué bien poder hablar español después de un día entre guiris!).
Mi lugar de trabajo, visto desde la ventana
Por último, y para completar el día, volví a la residencia, donde pude cenar milagrosamente (fui a la cafetería a las 6:45 pm y cerraban a las 7 pm). Luego, estuve tratando de completar los trámites para tener acceso a Internet desde mi habitación, aunque resultó infructuoso.
En lo que respecta al día de hoy, he podido desayunar con tiempo en la residencia y venir a la Universidad temprano, para terminar de completar algunas cuestiones del visado. Ahora, ando por el despacho y supongo que echaré aquí el día, hasta que esta tarde me vaya a la residencia de nuevo, para terminar de resolver el tema de mi conexión a Internet. Una vez que la tenga acceso a Internet desde mi cuarto, supongo que podré empezar a usar el skype desde el portátil y seguir mejor la actualidad en España con el messenger, el facebook, el tuenti y demás elementos de ciber-comunicación (incluidos, cómo no, el Marca y el AS).
Por cierto, antes de despedirme voy a responder una pregunta que me han hecho algunas personas y que básicamente se resumen en saber qué tal está la cosa por aquí (en cuanto a mi sensación general). Pues bien, lo cierto es que llevo apenas unas horas en Orlando, pero puedo decir, así a primera vista, que hay cosas distintas a las españolas. La gente parece muy simpática y agradable y se muestran muy dispuestas a ayudar con todo, así que por ese lado todo va bastante bien y como en España. Pero la ciudad (al menos cerca del campus), no se parece en nada a la típica ciudad española y está construida con muchos lugares donde comer y comprar, a pesar de lo cual hay que decir que los americanos no tienen estilo vistiendo: ¡el modelo chanclas con pantalón vaquero tiene muchos seguidores, incluso en días de lluvia!
En fin, que ya lo dejo. Estoy leyendo el post y veo que ha quedado un poco en plan “diario personal”, lo cual no era ni mucho menos mi intención. Para la próxima vez, prometo acortar y centrarme en cosas más interesantes.
Un beso y un abrazo. Francamente, se os echa de menos.