domingo, 13 de noviembre de 2011

Costumbres (o cómo ser un paleto en Italia)

Un día te levantas y decides que vas a comportarte como un auténtico romano. O mejor dicho: como un romano moderno. Nada de clavarle la lanza al prójimo, nada de rifarte sus túnicas, nada de reírte del mal ajeno. Hoy vas a ser un hombre nuevo. Vas a disfrutar de tu aventura romana, mimetizándote y siendo parte del buen  ambiente que se respira en esta ciudad eterna... 

Así que te lanzas a ello con decisión. Coges una autobús (que obviamente no pagas) y te bajas en el Campo de Fiori, donde se reúnen muchos jóvenes italianos (y turistas). ¡Qué agradable la visión de las flores y el bullicio de la plaza! ¡Qué agradable el sol romano que calienta sin abrasar! ¡Y qué bonita la plaza del Pópulo, y la plaza España! ... ¡Anda! ¡Pero si son las 14.30 de la tarde! ¡La hora perfecta para comer algo made in Italia! 

Como sabes que molas, te sientas en una terraza del centro de la ciudad. Como quieres molar mucho más, pides una pizza enterita para ti. Y para rematar la faena y ser el italiano perfecto, decides acompañarla de un vino. ¿Uno de la toscana? Sí... uno de la Toscana, que es nacional y ayudará a pasar desapercibido... ¡Joder, qué rica estaba la pizza! Nadie las hace como aquí. Son crujientes, y finas. ¡Y el vino, estaba increíble! Pero claro, da sueño, así que pegaría una siesta para luego seguir paseando... 

Oiga... pero ¿Por qué es de noche a las 17:30? ¿Por qué está cerrados ya los museos a las 18:00? ¡Oh no! ¡Habías olvidado que aquí no es como en España! ¡Maldición! Ahora ya no entrar al Coliseo. Pero no pasa nada... paseas por la Via del Corso y vas de tienda...

Hasta que llega la noche. Es entonces cuando decides que ha llegado la hora de retomar tu italianidad. ¡Qué gran anuncio el de Nescafé! ¿Verdad? ¡Eco... cuando arrivo a casa...! ¡Sí, señor! ¡Es la hora de un capuccino! Así que vas a un bar con buena pinta y lo pides. ¿Con cacao? Te pregunta el camarero. Y tú dices que sí porque de perdidos al río. Y el camarero te sirve el capuccino y tú le das el euro correspondiente... ¡Qué bella Italia! ¡Y qué rica la espumita del café!

Es hora de la reflexión. Realmente, no hay ido tan mal la jornada: pizza, vino, siesta, capuccino... No... No ha ido tan mal... Tan solo has incumplido las normas más básicas de un italiano. A saber: 
1) Se come entre 12:30 y 13:30. Nunca a las 14:30. Eso es muy tarde... Es hora de turista...
2) La pizza nunca se toma para comer. Puedes tomar una porción pero jamás una pizza entera. La pizza entera es para la noche, cuando quedas con tus amigos y vas a tomar algo.
3) La pizza nunca se acompaña de vino. Siempre de birra (que es como se llama la cerveza en Italia). Y si no te gusta la cerveza, entonces puedes pedir coca-cola, pero pedir vino con pizza es extraño en Italia.
4) No hay que dormir siesta. Al menos, no si no estás en el sur de Italia porque las cosas cierra pronto y se te va la tarde como te acuestes.
5) El capuccino no se toma para cenar. Mejor dicho: el capuccino sólo se toma para desayunar...

Esas son normas básicas en Italia. Se siguen sin saber muy bien por qué. Puedes comer pizza para cenar y no para comer ¿por qué? Nadie lo sabe. Porque es perfectamente válido comer pasta y segundo plato con carne si quieres. Es decir, que no es porque sea mucha comida. Simplemente, no es costumbre. Como tampoco es costumbre tomarse un capuccino de noche. Puedes hacerlo. No hay nada de malo en beberte uno por la tarde, aunque la gente lo tomará como extraño (aquí son mucho más de expreso a partir de las 3 de la tarde...) Nadie sabe por qué estas cosas son así. Pero son costumbres en Italia y si no las sigues parecerás un (paleto) turista... 

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