miércoles, 14 de enero de 2009

Life style


Después de pasar 16 horas entre vuelos y esperas, el pasado lunes día 12 de Enero llegué por fin a Orlando, a eso de las 16:35 hora local (esto es, las 22:35 hora española). Pasados los controles de visado pertinentes, un taxista que me llamaba buddy y me hablaba sobre european pussies, me condujo -sin cinturón y hablando con el móvil gran parte del trayecto-, hasta el que va a ser mi lugar de residencia los próximos meses: el Collegiate Village Inn, donde me dieron una habitación un poco cutre, en la que destacan sobre todo la falta de luz y el poco gusto por los acabados finos y elegantes -en cualquier caso, es una residencia de estudiantes en la que me dan de comer y me limpian la habitación, así que tampoco hay que quejarse mucho-. Además, se supone que van a cambiarme las dos camas individuales por una simple, y la estética mejorará con el tiempo si logro ir decorando la habitación a mi gusto (algo en lo que no tengo depositadas demasiadas esperanzas, porque soy muy vago para ir de compras...)


La habitación en su estadio 1


La primera noche en la residencia, me acosté temprano y, aunque apenas tenía sueño, alargué mi despertar cuanto me fue posible para tratar de adaptarme al nuevo horario americano. Así que el martes, a eso de las 9 de la mañana, me levanté y me puse a colocar las cosas de la maleta y a eso de las 11 de la mañana, me fui a desayunar (el alojamiento incluye 14 comidas semanales en la cafetería de la residencia). Después del vaso de leche y el trozo de tarta, cogí un bus gratuito que sale cada 20 minutos desde el Collegiate Inn para llegar, sin hacer paradas, al Campus de la Universidad (en el que te plantas en apenas 10 minutos).


El bus atomico


Una vez en el Campus, estuve haciendo un poco de tiempo hasta eso de las 12 del mediodía, pues había quedado a esa hora con Glenn Harrison, el profesor que va a supervisarme durante mi estancia aquí. El tipo, que tiene su despacho lleno de banderitas de países en los que ha estado y las paredes repletas de posters de AC/DC, me ha dado la impresión de ser muy majo y agradable. Después de hablar un rato sobre mi investigación, me ha invitado a comer a un chino cerca de la Universidad, sobre la necesidad de buscarse un coche de segunda mano en Orlando, ya que los caóticos autobuses no resultan suficientes para cubrir las enormes distancias entre lugares de interés (léase Disneyland, Universal Studios,...). Ya de vuelta del almuerzo, Glenn me ha presentado al resto de miembros del Departamento y me ha mostrado un poco por encima las instalaciones: máquina del café y fotocopiadora incluidas. Después, me han asignado un despacho bastante apañado, que comparto con un chico de doctorado y que tiene un teléfono desde el que he podido recibir las llamadas de mi familia y de Vivi (¡qué bien poder hablar español después de un día entre guiris!).


Mi lugar de trabajo, visto desde la ventana


Por último, y para completar el día, volví a la residencia, donde pude cenar milagrosamente (fui a la cafetería a las 6:45 pm y cerraban a las 7 pm). Luego, estuve tratando de completar los trámites para tener acceso a Internet desde mi habitación, aunque resultó infructuoso.


En lo que respecta al día de hoy, he podido desayunar con tiempo en la residencia y venir a la Universidad temprano, para terminar de completar algunas cuestiones del visado. Ahora, ando por el despacho y supongo que echaré aquí el día, hasta que esta tarde me vaya a la residencia de nuevo, para terminar de resolver el tema de mi conexión a Internet. Una vez que la tenga acceso a Internet desde mi cuarto, supongo que podré empezar a usar el skype desde el portátil y seguir mejor la actualidad en España con el messenger, el facebook, el tuenti y demás elementos de ciber-comunicación (incluidos, cómo no, el Marca y el AS).


Por cierto, antes de despedirme voy a responder una pregunta que me han hecho algunas personas y que básicamente se resumen en saber qué tal está la cosa por aquí (en cuanto a mi sensación general). Pues bien, lo cierto es que llevo apenas unas horas en Orlando, pero puedo decir, así a primera vista, que hay cosas distintas a las españolas. La gente parece muy simpática y agradable y se muestran muy dispuestas a ayudar con todo, así que por ese lado todo va bastante bien y como en España. Pero la ciudad (al menos cerca del campus), no se parece en nada a la típica ciudad española y está construida con muchos lugares donde comer y comprar, a pesar de lo cual hay que decir que los americanos no tienen estilo vistiendo: ¡el modelo chanclas con pantalón vaquero tiene muchos seguidores, incluso en días de lluvia!


En fin, que ya lo dejo. Estoy leyendo el post y veo que ha quedado un poco en plan “diario personal”, lo cual no era ni mucho menos mi intención. Para la próxima vez, prometo acortar y centrarme en cosas más interesantes.


Un beso y un abrazo. Francamente, se os echa de menos.


5 comentarios:

  1. Muy buenas, ya veo que te estás instalando y por lo que veo en las fotos la cosa no está muy mal (algo impersonal como comentas) pero con un par de poster de Bush y Pamela Anderson todo solucionado. Cuidado con los desayunos y no olvides la dieta Mediterranea (que es eso de café con tarta para desayunar). Un abrazo y recuerda: disfruta y muchas fotos.

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  2. Que pasa Salinas!!! Me alegra saber que las primeras horas han sido de tu agrado. Un abrazo fuerte desde Spain.

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  3. http://blogs.diariosur.es/vayaconlacalo/posts

    Un trocito de El Palo en Brooklyn. Competencia feroz, Ismote. Como no empieces a hablar de Carnaval...

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  4. Hola! Gracias por la respuesta! Por cierto, Alex, no puedo competir con alguien que se hace llamar la fresquita. Cualquier intento resultaria en vano.

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  5. Buenas!!.
    El mismo día que te llamó Vivi intenté llamarte... pero ya te diste cuenta lo regulero que era "mi sistema"; el caso es que no podía oir nada, así que si recibiste 3 llamadas de un pesado que no decía nada... era yo!

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